Y tú ¿Ya conoces la Magia del Carnaval de Hidalgo?

Por: Caty Guadarrama
En el estado de Hidalgo, como en muchos otros sitios del país, la celebración del carnaval es un acto que refleja las tradiciones de cada pueblo y esta muy arraigado en la vida de las comunidades, y sus formas de expresión en cada región forman una rica variedad de manifestaciones que se distinguen unas de otras, por su música y danzas que motivan alegría y gozo en los asistentes.
El carnaval hidalguense responde, en un primer momento, a un verdadero festejo colectivo donde lo chusco y la gracejada generan el entusiasmo, invitando a la participar, en ese tiempo de relajación. Es una fiesta que conjuga elementos prehispánicos, religiosos, tradicionales, culturales y artísticos, propios de cada municipio, al inicio de febrero en las principales calles de Pachuca, llegan los habitantes de los poblados y se cuenta con la asistencia confirmada de 60 municipios y dos mil 500 personajes que participan en el recorrido.
El Secretario de Turismo el Estado de Hidalgo, Eduardo Javier Baños Gómez, comentó que “la principal misión de la marca turística “Hidalgo Mágico”, es posicionar al Estado dentro de la agenda mundial, por ello la realización de este desfile al que se estima una afluencia de alrededor de 50 mil visitantes y turistas”.
Los carnavales de México, aun cuando poseen características particulares, tienen por antecedente las fiestas medievales europeas (llegan a nosotros de forma indirecta), en este caso hispanas. Estas celebraciones fueron incorporadas en su momento al Nuevo Mundo, con el propósito de reproducir las viejas estructuras culturales y además controlar las llamadas supercherías idolátricas de las sociedades del antiguo México prehispánico.

Foto: Jorge Santiago Barrett
En función de esta estrategia colonizadora, la Iglesia hispana determinaría hacer del carnaval un acto expiatorio o de arrepentimiento, compuesto por dos grandes momentos; uno de estos exhibiría los excesos de la vida y sus consecuentes faltas al dogma católico, esto es, la esencia propiamente carnavalesca, seguido en lo inmediato de una larga serie de actos de fe encaminados a la obtención del perdón y a la recuperación de la historia apostólica de Jesús de Nazaret y su doctrina.
Así la celebración del carnaval, encontró su lugar en la vida de la sociedad indígena novohispana, para incorporarse y trascender en el tiempo, a sus sistemas culturales, hasta llegar a ser una amalgama de ritos paganos, católicos y prehispánicos.
El carnaval hidalguense, es variado y divertido de acuerdo con la historia o tradición cultural de los grupos, además de innovaciones que agregan en cada año. Así, se presentan carnavales en el Valle del Mezquital, la Sierra Baja y Sierra Alta, Huasteca, Sierra de Tutotepec, haciendo presencia también en la Bocasierra, en el municipio de Acaxochitlán y el Valle de Tulancingo. En cada región, las comunidades se alistan para el carnaval y surge una algarabía punzante en el ánimo de los habitantes, y dan rienda suelta, a los ánimos llevan vestimentas muy variadas y hasta extrañas, que llegan a estruendos o exagerados actos que pueden tomarse como curiosas contorsiones del espíritu.
En una probadita de lo emocionante de las comparsas, se presentó en Pachuca “La Magia de los Carnavales de Hidalgo”, además de la tradicional muestra gastronómica, artesanal, textil, aderezado con la participación de diversas bandas de viento que acompañan a las comparsas. ¡Que Viva el Carnaval!

Foto: Brnad Silva