“Si nos dejan”, vamos al Festival Internacional José Alfredo Jiménez

Todos los años Dolores Hidalgo cobra relevancia nacional e internacional, en la parte final del año los ojos del mundo voltean la mirada a ese sitio que se ha ganado un lugar en la historia. Cada mes de septiembre se conmemora un aniversario más de la independencia de nuestro país, que se consumó tras una prolongada lucha iniciada en ese lugar por el cura Miguel Hidalgo. Ese importante acontecimiento histórico le valió para ser catalogada Cuna de la Independencia, noble título que por importante que parezca no se compara con el orgullo de ser también la cuna de José Alfredo Jiménez, quien colocó al pueblecito guanajuatense en el pentagrama mundial.
El legado del compositor rebasó las fronteras de la música vernácula para impactar en otros géneros, las contundentes letras de sus canciones dejaron una huella imborrable en la memoria colectiva de un pueblo, e incansablemente trascienden generación tras generación. En Dolores Hidalgo, ahí nomás tras lomita, como indica la propia alegoría josealfrediana, se lleva a cabo el Festival Internacional José Alfredo Jiménez, que para 2018 celebra ya su novena edición.
El encuentro en el que también se celebrarán 45 años de su fallecimiento, tendrá lugar entre el 22 y el 25 de noviembre próximos con un elenco de primer nivel, la Auténtica Sonora Santanera de Gildardo Zárate, así como los cantantes Angélica Vargas, Jesús Monárrez, José Julián, Luis Ángel Jaramillo y José Ángel Dávila. Llama especialmente la atención Marianita Nájera, participante de La Voz Kids, quien además de participar en el festival, trabaja en la grabación de un tema inédito del guanajuatense.
La algarabía, la música del compositor y la hospitalidad de la gente son, sin duda, los aspectos más destacables del festival. Obligada es la visita al Mausoleo del cantautor, una verdadera obra de arte compuesta por una sombrero de charro y un colorido sarape que simula la sierra de Guanajuato; conviene también darse una vuelta por la Casa-Museo José Alfredo Jiménez, donde se conocerán detalles de su vida. Para nada hay que perderse el recorrido de cantinas, es ahí cuando se siente el fervor que ese pueblo profesa a su ídolo.
Nada como la gastronomía para complementar una grata experiencia, y en este aspecto Dolores Hidalgo tiene mucho que ofrecer, además de la cocina tradicional ya ampliamente reconocida, se puede disfrutar de excelente vinos locales, cuya producción se debe también al legado del Padre de la Patria, y para el postre, nada mejor que las sápidas nieves de la histórica Flor de Dolores, una nevería dolorense que gracias a sus creaciones ha recibido varios premios.
Dolores Hidalgo tiene además otras cosas que mostrar al visitante, como el Museo de la Independencia, el Museo Casa de Hidalgo y el mítico Museo del Vino, ubicado en un edificio que antiguamente fue utilizado como hospital y que guarda muchas historias.
@esernamx