Quien de amarillo se viste, en su belleza confía; Izamal

Se dice que, “quien de amarillo se viste, en su belleza confía”, y la ciudad de Izamal en Yucatán tiene en que confiar porque es bellísima y llena de historia, simplemente ¡es mágica!
Y es que estar en Izamal es estar en una paleta de colores blanco, amarillo y rojo, todos los puedes ver, el más encendido lo tienes que imaginar, porque cuenta la historia del lugar.
Empecemos por el blanco de la red de caminos sacbés -caminos elevados cubiertos por estuco blanco o cal de entre 4 y 20 m de ancho y hasta 300 km de largo-, construidos por mayas. Cuando los recorres debes imaginar las peregrinaciones que se hacían para venerar a Itzamná o Zamná, «Rocío del cielo», el sacerdote patriarca de los itzá.
Y es que Zamná fue todo un personaje. Llegó de Bacalar para fundar esta ciudad y otras ciudades importantes en el estado. Las crónicas lo definen como un hombre sabio que inventó los primeros carácteres que sirvieron de letras a los nativos de la región y el haber mostrado a su pueblo las bondades, el cultivo y el uso de ki (henequén), el agave que desde entonces ha estado presente en la actividad agrícola de la península de Yucatán.
Para cuando llegaron los españoles la ciudad estaba abandonada y se desconoce con certeza las razones de su olvido. Como en otros lugares en México, sobre sus ruinas y templos se construyeron conventos cuya belleza, más allá de la historia que los antecede, son dignos de admirar.
El amarillo llegó con las haciendas ganaderas que durante el México independiente pasaron a ser parte del conjunto de haciendas que integraron la agroindustria henequenera, vigente durante un siglo y medio para posteriormente formar parte de todas las edificaciones de esta pequeña ciudad.
Desde que llegas, notaras este brillante color amarillo en todas las casas y edificios principales de este hermoso Pueblo Mágico, conocido también como “La Ciudad Amarilla” de Yucatán, lo que lo hace un lugar digno de un cuento, donde podrás tomar fotos inolvidables.
Y el rojo, solo lo podrás ver si visitas la pirámide Kinich Kakmó, que además de ser la tercera más grande de México, te permitirá tener una vista panorámica de la ciudad. Al llegar cierra los ojos e imagina un Dios con cuerpo humano y cabeza de guacamaya de un rojo anaranjado intenso con una antorcha encendida en cada mano: el ave de fuego con rostro solar.
Y es que los mayas creían que el Dios Kinich bajaba al mediodía cuando el sol está en pleno para quemar y purificar los sacrificios o las ofrendas. En tiempos pandémicos el pueblo acudía con ofrendas para Kinich Kakmó porque pensaba que el sol regía sobre la salud.
Además de estos bellos lugares donde su principal detonación son sus colores, debes aprovechar y debitarte con su:
Gastronomía Local
El Mercado Municipal o Mercado de Zamná, ubicado en Calle 30 por 31ª en el Centro ahí podrás comer y conocer el frijol con puerco, la chaya con huevo, el puchero de gallina, el queso relleno, los panuchos, el pipián de venado, los papadzules, la longaniza, la cochinita pibil, los pibes y los tamales, que son tan solo unos cuantos de los platillos que se podrán disfrutar acompañados de bebidas como xtabentun, balché, bebida de anís, pozol con coco o una fresca agua de horchata.
El pasillo artesanal
Si te atreviste a probar todo y para poder hacer una buena digestión, podrás caminar en su corredor artesanal ubicado a un costado del Palacio Municipal, es un lugar donde se reúnen los artesanos para mostrar lo que sus habilidosas manos han creado con diversos materiales; los trabajos de joyería y talabartería son de una belleza tradicional antigua, así como la elaboración de hamacas tejidas de fibra de henequén, además sobresalen los hermosos trabajos en cerámica (jarros y maceteros), que se fabrican en el pueblo de Citilcum. Artesanías de madera y talabartería en Citilcum y Kimbilá también encontrarás en este lugar.
El convento Franciscano San Antonio de Padua
En el Centro Histórico de Izamal se ubica el Convento Franciscano San Antonio de Padua -una monumental construcción del siglo XVI con el atrio cerrado más grande de Latinoamérica y el segundo más grande en el mundo, después de la Plaza de San Pedro en el Vaticano-; En las orillas de los portales podrás tener una vista magnífica de la pirámide Kinich-Kakmó para una gran fotografía.
Una tarde romantica
Para cerrar el día podrás disfrutar de la tarde recorriendo las pequeñas Capillas de Los Remedios, La Santa Cruz, San Juan, San Idelfonso, San Román y Guadalupe, localizadas en los antiguos barrios de la ciudad y si lo prefieres puedes dar un paseo en bicicleta o subirte a las calesas o victorias que te llevarán a ver el atardecer en un romántico paseo a caballo, así como disfrutar y admirar el espectáculo de Luz y Sonido conocido como “La luz de los mayas”, que se realiza a partir de las 8:30 p.m. en el Convento de San Antonio de Padua de lunes a sábado.
Izamal es un rincón de ensueño, en el que descubrirás una tranquilidad indescriptible, sus alegres y amables habitantes ofrecen a sus visitantes una cálida estancia. Además de estas actividades, Izamal cuenta con una oferta turística para diferentes turistas de acuerdo a su presupuesto así podrán tener una experiencia más completa.
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