El Rally Maya, aventura por la tierra mágica #CrónicaPasspartout final

Por: Luis Lòpez Morton
Continua… #CrónicaPasspartout Final
Llegamos al final de la travesía, mi familia y yo disfrutamos muchísimo de estos días en que salimos de la rutina, del stress, de la misma situación. Un viaje tan esperado, por más 6 meses planeado y que sabemos que disfrutaremos cada vez que recordemos las aventuras experimentadas. La última etapa del Rally fue un trayecto de Mérida a Cancún -fue la más pesada de las etapas-.
El último día
Finalmente, llegamos a Cancún para el último día y la cena de premiación; La organización del Rally Maya ha sido de talla internacional cada cosa y cada punto en su lugar, con un desplegado logístico impresionante. Los lugares visitados encantadores y singulares y me da gusto ser parte de este país y tener a mi familia aquí conmigo disfrutando de la competencia pero sobre todo de una gran aventura. ¡Hay tantas cosas de las que debemos sentirnos orgullosos! y una de ellas es viajar y conocer, cultivar el alma, el espíritu y valorar la riqueza en todos los sentidos de nuestro hermoso país.
El cansancio ya se trae de los días anteriores y es natural que los participantes pongan más atención para intentar llegar en una mejor posición.
El calor, al que estábamos expectantes, se ha hecho notar. Ha sido constante durante el día y ha llegado a 35 grados centígrados, más la sensación de humedad que aumenta la temperatura sensorialmente -sino es que más-, porque hay que recordar que muchos de los automóviles con los que participamos en el Rally Maya no cuentan con aire acondicionado debido a que son modelos antiguos.
Todo el trayecto nos llenamos los ojos del verdor de la vegetación que se asoma a ambos lados de la carretera. Un camino verde y plano, y muy recto -cosa que ayuda- con un cielo azul en algunas ocasiones. Lo único que ya no ayudó fue que, llegando a Cancún, a eso de las cinco de la tarde, en algunos tramos empezó a llover, en algunos momentos muy fuerte, -todo esto para que no se nos olvide como empezó el Rally en Cozumel-, con lluvias que nos recuerdan el inicio y al final el cierre. Las tomentas en el Caribe suelen intensificarse por la falta de muros protectores por lo que los vientos hacen de las suyas para el anochecer ya era una tormenta con rayos y truenos que retumbaban en todo Cancún, los cristales de la habitación se movían con estos estrepitosos ruidos y llovió, prácticamente con la misma intensidad toda la noche.
El día libre que tuvimos en Mérida muchos de los participantes lo aprovecharon para ir a Homún a los Cenotes, hay varios que se pueden visitar y se paga entre 20 y 30 pesos por persona la entrada. No se puede entrar con bebidas y si uno trae aplicado previo el bronceador o bloqueador se tiene que echar un “regaderazo” antes de bajar al Cenote, una vez ahí se puede nadar y en algunos de estos se ven las raíces de los árboles que llegan hasta lo más profundo, donde el agua transparente permite distinguirlas sin ningún problema y forman parte del espectáculo submarino del lugar.
En algunos cenotes puedes encontrar a las golondrinas que anidan y forman parte natural del lugar. En otros encontraras murciélagos pues resultan ideales cono hogares para ellos ya que cumplen con la humedad y la oscuridad requerida por estos animalitos que regularmente se alimentan de frutas, el que visitamos al parecer le acababan de abrir un ojo en el techo- un agujero para que entre la luz-, según nos explicó el guía esto se hace para que los murciélagos que habitan ahí poco a poco vayan migrando a otro cenote que no esté abierto al público y que tenga la características propias para que vivan estas criaturas muy curiosas. Se ve que los dueños de las tierras, donde se encuentran estos cenotes, los cuidan ya que en la cuestión ecológica es muy importante mantener el equilibrio entre fauna, flora; además de que protegen la zona porque son una fuente de ingreso importante para sus familias.
Otros participantes del Rally, aprovecharon para ir a visitar museos. La Casa de Montejo, propiedad que perteneció al que da su nombre al Paseo Montejo, es una casa – museo amueblada y con enseres de la época como si todavía vivieran los antiguos propietarios. Además, hay exposiciones temporales: nos tocó una exposición de fotografía de Flor Garduño y otras fotografías que bien valen la pena ver sobre Chichen-Itza de Salas Portugal tomadas en 1946. Las fotos de Garduño -que ya las había visto en la Ciudad de México-, precisamente en el Palacio de Iturbide, que como Casa de Montejo pertenecen al grupo CitiBanamex.
Yo, particularmente quede prendido de Chichen y ahora me gustaría poder comprar algunas de estas fotos. Desafortunadamente, en la tienda del museo no tienen ningún libro sobre estas fotografías, solo el de Flor Garduño que se vendió muy bien cuando vino la artista a la inauguración y firmó muchos, según nos explicó la persona encargada de la tienda, que a pregunta expresa, ¿Cuál es el libro que más venden de los editados por Banamex?, me comentó que el de las Haciendas de Yucatán.
También fuimos al Museo de Antropología sobre Paseo Montejo con una exhibición de piezas prehispánicas, préstamo del Museo del Templo Mayor y otra exposición sobre la Mujer Maya.
Ya por la noche, en la cena de premiación al compás de la elegancia de los autos clásicos que compitieron en este Rally, se premio al ganador quien sin querer formo armoniosamente parte del lugar; el clásico Jaguar de la marca de relojes Franck Muller obtuvo el triunfo del Rally Maya 2018, la cena estuvo muy bien servida y se complemento con danzas Prehispánicas que hicieron que la magia del evento cerrará con broche de oro.
Se dice que nunca se vuelve igual de un viaje.
Volvemos con la satisfacción del deber cumplido, más unidos que siempre y renovados de espíritu a seguir trabajando. Algo de nosotros se queda en la península de Yucatán, entre su maravillosa gente y la mística en la que viven día a día. Ojalá pudieran ver de sí mismos lo que nosotros vimos de ellos la magia, la historia, el colorido y la profundidad de sus pensamientos. Sólo podemos estar agradecidos.
Sin lugar a dudas lo que se dice resulta real el algunos casos y este no será la excepción, la experiencia de transitar por lugares tan bellos de nuestra República Mexicana hace que todo el esfuerzo por llevarlo a cabo valga la pena. Me voy con una experiencia más de vida que sin lugar a duda marca y define el valor de un viaje, ya sea con amigos y compañeros pero en especial con la familia con quien tiempo después habrá una charla y se retomara la añoranza de lo vivido en esa tan esperada competencia que se vuelve una maravillosa experiencia de vida.